Todos somos diferentes y aprendemos de forma distinta, solo necesitamos la metodología apropiada. "Todos somos genios. Pero si se juzga a un pez por su capacidad de trepar arboles, este vivirá la vida entera creyendo que es un estúpido" - Albert Einstein

Diagnóstico

En la actualidad existen dos sistemas de clasificación internacional de enfermedades mentales, aunque han ido convergiendo a lo largo del tiempo, todavía sigue habiendo diferencias entre ellas.

  • DSM IV (Manual de Diagnóstico Estadístico de Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría): Este describe 3 subtipos de TDAH según los síntomas que se encuentren presentes, los cuales han de persistir por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:

  • Subtipo con predominio desatención (cuando sólo hay desatención). Entre el 20-30% de los casos.
  • Subtipo con predominio hiperactivo-impulsivo (cuando sólo hay hiperactividad e impulsividad) del 10-15%.
  • Subtipo combinado (cuando están presentes los 3 tipos de síntomas). Del 50-75% de los casos.

CIE 10 (Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales de la OMS): Según ésta es necesaria la existencia simultánea de los 3 tipos de síntomas: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad, constituyendo el cuadro de “alteración de la actividad y la atención”. Reconoce además una categoría separada, “el trastorno hiperquinético de la conducta” cuando coinciden, además de los 3 síntomas, una alteración de la conducta. De este modo con el CIE-10, al ser los criterios más restrictivos, se diagnostican menos cuadros que con el DSM-IV.



Para hacer un diagnóstico de TDAH según criterios DSM-IV se tienen que cumplir 5 criterios diagnósticos:

  • Presencia de 6 (o más) síntomas de desatención o de hiperactividad/impulsividad que han de persistir por lo menos durante 6 meses.
  • Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención deben estar presentes antes de los siete años.
  • Algunas alteraciones se presentan en dos o más ambientes (por ejemplo: en la escuela y en casa).
  • Debe existir pruebas claras de deterioro clínicamente significativo en la actividad social, académica o laboral.
  • Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental.

Una vez vistos los diferentes sistemas de clasificación más utilizados hoy en día, es preciso abordar que pasos deberíamos seguir a la hora de identificar a un niño que puede presentar TDAH:


En primer lugar, es aconsejable que cuando el tutor nos derive a un alumno, nos aporte información acerca de su comportamiento en el aula (si le cuesta mantener la atención en la realización de las tareas, si llama constantemente la atención, si se mueve en exceso...Posteriormente deberemos indagar en torno a la historia evolutiva y clínica del niño:


Desarrollo prenatal y perinatal: si hubo abusos de ansiolíticos, antidepresivos o psicotrópicas, si hay en la familia algún miembro que presenta TDAH, si fue un embarazo de riesgo, peso del niño al nacer, escala de Apgar...

Adquisición de los distintos hitos evolutivos: control cefalo-caudal, lenguaje, desarrollo motor, control de esfínteres...

Historia escolar: adaptación, desapego de los padres, relaciones interpersonales, cómo adquirió la lectoescritura, cómo es su nivel de atención dentro del aula, si hay que llamarle continuamente la atención para que este sentado...Observación directa: Es necesario analizar el comportamiento del niño dentro del aula y para ello llevaremos acabo registros observacionales en distintos momentos del día y en diferentes días.
Realización de pruebas: Existen numerosas pruebas que nos permitirán determinar si el niño puede presentar TDAH, si se trata de otro tipo de trastorno o simplemente tiene una impulsividad alta debido a la edad por la que esta pasando y no presenta ningún trastorno.
Algunos instrumentos que podemos utilizar en el diagnóstico son los siguientes:

  • Escala de Conners (para padres y profesores): El cuestinario está integrado por 10 items de fácil redacción que describe conductas relevantes del trastorno hiperactivo. Cada item oferta 4 alternativas de respuesta en función de la frecuencia de ocurrencia de la conducta mencionada: siempre, muchas veces, a veces y nunca.

  • EDAH ( Evaluación del trastorno por déficit de atención con hiperactividad): Se basa en el DSM IV, y se utiliza con niños de 6 a 12 años. Contiene 20 items que evalúan la hiperactividad/implusividad, el déficit de atencional y los trastornos de conducta. Es realizada por los profesores.

  • SDQ (Cuestionario de capacidades y dificultades): Consiste en un cuestinario sencillo y rápido de completar, aunque es un poco lento de corregir. Tiene cinco subescalas: síntomas emocionales, problemas de conducta, hiperactividad, problemas con compañeros y escala prosocial. Hay muchos estudios sobre esta escala, y se ha usado en muchas culturas. Está disponible gratuitamente en PDF en www.sdqinfo.com donde se explica cómo corregirlo y se ofrecen versiones en español y también en catalán, gallego y vasco.

También existen otro tipo de test y pruebas que van dirigidos a la evaluación de la atención, como son:

  • Test de caras (Thurstone y Yela, 1.979): Evalúa las aptitudes perceptivas y la atención sostenida.

  • Test de cancelación de figuras (Rudel, Denkla y Borman, 1.978): Esta prueba consta de tareas sencillas dirigidas a valorar la persistencia visual de niños entre los 4 y 13 años.

  • Subtest de integración visual del ITPA: Para niños con edades comprendidas entre los 2 y 10 años. El niño deberá identificar objetos familiares que aparecen visibles en parte y que están inmersos en un fondo distractorio. Además de evaluar la atención sostenida, constituye una medida de la capacidad de reflexión y de perseverancia.
Algunas pruebas para medir la impusividad son:


  • MFFT (Servera y Llabrés, 2000): Consta de 4 ensayos de práctica y 16 ensayos de la prueba en los que aparece una figura superior, y seis inferiores entre las que hay cinco parecidas y una idéntica. En cada ensayo, el participante debe indicar con el ratón que figura de las inferiores es idéntica a la superior. En caso de error, se debe repetir la respuesta hasta acertar. Se registra para cada ensayo el número de errores y la latencia de la primera respuesta. De estas dos medidas, se derivan los índices de impulsividad (restando los valores estandarizados de errores y latencia) y eficacia (sumando los valores estandarizados de errores y latencia)



  • Test de Ejecución Continua CPT (Errores de comisión): El CPT permite, a través de los errores de comisión (pulsar la barra espaciadora cuando no aparece el objetivo diana) medir la impulsividad del niño. Existen estudios que han encontrado una fuerte correlación entre los errores de comisión y las estimaciones comportamentales de impulsividad de padres y profesores

Además de estas pruebas existen muchas más que deberemos pasar para recoger información acerca de el control inhibitorio, la memoria de trabajo, la organización y planificación...

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