Todos somos diferentes y aprendemos de forma distinta, solo necesitamos la metodología apropiada. "Todos somos genios. Pero si se juzga a un pez por su capacidad de trepar arboles, este vivirá la vida entera creyendo que es un estúpido" - Albert Einstein

Diagnóstico del TDAH

De acuerdo a las diferentes etapas del desarrollo de los niños, los síntomas del TDAH se manifiestan con algunos o evolucionan para adaptarse a la edad de quien lo padece. En este sentido podemos ver la evolución del trastorne desde el cuándo quienes lo padecen son bebes hasta cuando son adultos. A modo de conveniencia, hemos clasificado la evolución del trastorno en cuatro etapas: niños pequeños, niños  de siete a doce años, la adolescencia, y la edad adulta.

Niños: Diagnóstico precoz   Generalmente en bebes no se diagnostica la hiperactividad como trastorno. Pero en casos muy manifiestos, se recomiendan actividad física como la natación para bebes para “cansarle”.



·         Primer ciclo de Infantil (1-3 años): Cambios en el temperamento y adaptación social e interacción del niño con el padre/madre limitadas.

·         Segundo ciclo de Infantil (3-6 años): Menor intensidad y duración en el juego, inquietud motriz, desarrollo de déficits, conducta negativa desafiante, problemas de adaptación social.

·         Alumnos de primaria (7-12): Se distraen con facilidad, inquietud motora, conducta impulsiva y perturbadora, problemas e implicaciones asociados como: trastornos específicos de aprendizaje, repetición de clases/cursos, comportamiento agresivo, baja autoestima, rechazo por sus compañeros, relaciones familiares alteradas.


·        Adolescencia (13-17 años): Dificultad para planear y organizarse, déficit de atención persistente, reducción de la inquietud motora, problemas asociados como: conducta agresiva, antisocial y delincuente, problemas con el alcohol y drogas, problemas emocionales, accidentes. Hay niños en los que se observan a su vez problemas de autoestima debidos a los síntomas propios del TDAH y que los padres no suelen asociar a dicho trastorno.El no recibir un tratamiento adecuado para el TDAH conlleva consecuencias importantes para los niños y adolescentes que lo padecen en el ámbito escolar, familiar, social y personal.

  
·        Adultos (de 18 años en adelante): Síntomas residuales, problemas asociados como: otros trastornos mentales, conducta antisocial/delincuencia, falta de éxito en la carrera académica y profesional. Muchos de los adultos con TDAH han compensado sus deficiencias y han aprendido a controlar las consecuencias negativas, que no constituyen un impedimento importante en el desarrollo de buena parte de su actividad. Sin embargo, otros no han desarrollado adecuadamente algunas de las facetas básicas de la persona, sufriendo trastornos de la personalidad, alteraciones emocionales graves, problemas afectivos o laborales, mayores tasas de accidentes de tráfico, dificultades en las relaciones sociales...

Las estimaciones actuales sitúan la prevalencia entorno a un 4%. Algunos de los síntomas y alteraciones asociadas con el TDAH se mantienen a lo largo de la vida del paciente.

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